Vivir y no sencillamente existir

Camino, estudio, respiro, voy al examen, salgo, me veo con "los otros", voy a dormir. Hablo de lo que me sucede, de mis días, de mis cosas, de mis aspiraciones y de mis miedos. Lo hago por que siempre lo he hecho, vivo sin saber de existir, un día trabajaré entonces me digo: ¿por qué? y ¿por quién?, y un día moriré…

Intuyo que lo que veo no es real, percibo que estoy vivo y que soy mucho más grande de lo que me dicen, más que una matrícula, que un consumidor, que un estudiante, que un mecanismo en el engranaje de un mundo establecido por otros y todo lo que me inducen a hacer tiene poco sentido: ¿en qué dirección van nuestras vidas? ¡Probablemente en una dirección de mierda! ¡En esta vida sin sentido se rueda hacia la nada!...

No queremos sólo estudiar y no queremos sólo enseñar, queremos conocer y queremos transmitir, pero sobre todo queremos crecer y queremos cambiar, transformar la realidad y no padecerla, aprender a describirla e interpretarla en lugar de "recitarla".

En una realidad que se presenta como obvia, deducida, perpetua, irreformable, "natural", ¿qué cosa podemos perder? ¡Nuestras cadenas! ¡Nada más que nuestras cadenas! ¡Volemos alto! ¡Soñemos! ¡Tratémonos bien! ¡Respetémonos!, ¡Organicémonos!, ¡Tramemos!, ¡Seamos verdaderos desertores de la infelicidad!...


* Estos párrafos son extractos del manifiesto de "Los cuervos" con el cual nos sentimos muy representados.